El 15 marzo de 2015, Jade volvió a casa. Antes de entrar, abrió el buzón y recogió su correo. En un sobre amarillo encontró una fotografía de su rostro cortada en nueve piezas que, al unirlas, dejaba ver una perforación a la altura del cráneo.
Jade Ramírez Cuevas Villanueva fue beneficiaria del Mecanismo. Las amenazas entraron en su vida y la transformaron a partir del lugar más seguro: su casa. Cuenta: “era beneficiaria del Mecanismo por las amenazas que sufrí por mi trabajo periodístico y fui también integrante del Consejo Consultivo del Mecanismo”. Jade se integró al Mecanismo cuando apenas se estaba conformando. Explica: “mi trabajo nunca se agotó a las informaciones que los funcionarios del gobierno entregan. Profundicé cada información, obtuve mayores datos sobre cada asunto. Los recursos que se invierten en cada medida”. Para ella, la prioridad hoy en día es “desmenuzar las motivaciones políticas, no sólo los argumentos legales, de los recursos que se gastan a través del fideicomiso”.
Las prioridades que se tienen que investigar acerca del funcionamiento del fideicomiso, “entender por qué al fidecomiso de este Mecanismo se le dieron prerrogativas que no se le dieron a ningún otro, o sea el acceso a la información de la vida laboral y personal de las personas beneficiarias”. Jade decidió auto-protegerse y sigue haciéndolo hoy. Afirma: “quien investiga a fondo cómo funciona el fideicomiso y cuáles son los recursos que llegan al Mecanismo puede ser amenazado”.